Hormonas adulteradas (¿o adúlteras?)

Quise pintar un corazón en un útero y esto más bien parece un payaso en carnaval! Han de ser todas esas lecturas de Freud, o la de las mujeres monstruosas, o el cartón de Elba Esther al que he estado pegada los últimos días. Pero más bien yo creo que son las hormonas que les ponen a los pollos y a las vacas. Y yo creí que compraba puro "free range chicken"... Ajá.


Hablando de úteros...

"El día de mi quinto cumpleaños le detectaron a mi madre un cáncer y los médicos dijeron que le tenían que extirpar el útero. Fue un día muy triste. Nos fuimos todos al hospital en el Subarú de papá y nos quedamos esperando hasta que el médico salió del quirófano con lágrimas en los ojos.
En mi vida había visto un útero tan bello -dijo, al tiempo que se retiraba la mascarilla blanca de la cara -, me siento como si fuera un asesino.

Y es que mi madre tenía realmente un útero precioso. Tan precioso que el hospital lo donó a un museo. Así que un sábado nos fuimos todos a visitarlo y mi tío nos tomó una foto junto a él."

Pizzería Kamikaze y otros relatos
Etgar Keret

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