Pues me fui una semanita al DF a visitar al Negro. Fue un viaje muy versátil, con los primeros días en el Centro Nacional de las Artes acompañando al joven Toledano en su nuevo giro CCCero. Me tocó la exhibición de los primeros cortos de la generación Buenrostro, con su respectiva pachanga. Aquí el Negro con sus chacales farsarios.
El fin de semana nos aventamos un viaje relámpago DF-Cuernavaca-Veracruz, en el cual intercambiamos a una princesa jarocha por un refrigerador un poco rayado y abollado, pero funcional.
Definitivamente tengo que regresar pronto al rinconcito donde hacen su nido las olas del mar por otro arroz a la tumbada.
De regreso en el DF pude echarme un par de días a disfrutar del Héroes de Nacozari Film Fest. Este festín de muvis arrancó con la caramelosa Un homme et une femme de Claude Lelouch, y la melodramática The Fugitive Kind, con un jovencísimo y guapísimo Marlon Brandon. Tomando un giro carioca el festival continuó con Terra Estrangeira de Walter Salles -que me puso a llorar con su Vapor Barato- y Madame Satá. Cerramos con broche de oro con la majestuosa -palabras de la Solano- Soy Cuba de Kalatozov.
El fin de semana nos aventamos un viaje relámpago DF-Cuernavaca-Veracruz, en el cual intercambiamos a una princesa jarocha por un refrigerador un poco rayado y abollado, pero funcional.
Definitivamente tengo que regresar pronto al rinconcito donde hacen su nido las olas del mar por otro arroz a la tumbada.
De regreso en el DF pude echarme un par de días a disfrutar del Héroes de Nacozari Film Fest. Este festín de muvis arrancó con la caramelosa Un homme et une femme de Claude Lelouch, y la melodramática The Fugitive Kind, con un jovencísimo y guapísimo Marlon Brandon. Tomando un giro carioca el festival continuó con Terra Estrangeira de Walter Salles -que me puso a llorar con su Vapor Barato- y Madame Satá. Cerramos con broche de oro con la majestuosa -palabras de la Solano- Soy Cuba de Kalatozov.
En el DF también tuve la oportunidad de cotorrear a Jorge y Manolo, mis hermanitos chilenos que no son chilenos ¿cachai? Y hasta de comerme un delicioso mote con huesillo y probar un riquísimo helado de lúcuma en un rincón chileno.
El último día nos dedicamos a turistear intensamente por el centro de la ciudad. Tomamos una chela en el Majestic -con vista a los patinadores tropicales- e hicimos la visita obligada al Centro de la Imagen con una expo de Graciela Iturbide.
Después de una carrera contra el tiempo, el destino, el tráfico, y la falta de gasolina -con un grado de dificultad en ascenso- finalmente llegamos al aeropuerto de Toluca y pude volver sana y salva a mi hogar.
Ahora extraño el café hecho en locomotora y a los Picunches.
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