¡Ay mami! ¡cuida a tu papi! (Cuba III)

Ya pa' terminar con este idilio habanero (el bonito título viene a cuenta de una canción cubana, cubana, que me traje)...

Aquí algunos de los transportes cubanos, el lindísimo coco taxi ("con sabor a trópico"), los almendrones que sorpresivamente siguen funcionando y los simpáticos camellos que según nuestros amigos cubanos -los también lindos y fidelistas Maydellin y el sonriente William- están en peligro de extinción...
Nuestra visita estuvo marcada por una tragedia. Casandra de hecho está pensando en su primera novela: "De cómo el norte arruinó mi vida". Y es que mi hermanita que moría por bailar salsa perdió una súper oportunidad de bailongo al aire libre. Resulta que por los festejos del 49 aniversario de la revolución nos tocaba un concierto masivo de los Van Van y NG la Banda... ¡en la Tribuna Anti Imperialista! Snif. Llegó el norte, con harto frío y viento y se pospuso pa' depué... ya no nos tocó...



La Tribuna Anti Imperialista tiene su propia historia. Resulta que enfrente hay un edificio gringo -que lleva por nombre "asuntos estadounidenses" o algo así. Los güeros se prendieron y empezaron a transmitir simpáticos mensajes en "pro de la libertad"... en palabras de Maydellin "incitando a la rebelión". Los cubanos se vieron más cabrones que bonitos y pa' pronto hicieron su "Monte de banderas". Y entonces con 138 banderas cubanas - a nosotros nos tocaron negras, "porque son de luto, por las víctimas del terrorismo" nos aclararon nuestros amigos cubanos- taparon los mensajes yanquis... funcionan a la perfección, debo decir... de repente alcanzas a ver una A una C... en fin. Y enfrente hicieron un espacio para eventos, incluyendo este maravilloso concierto que nos perdimos.

Y bueno, que quedan pendientes muchos viajes a Cuba, habrá que ver que pasa con ella y sus habitantes en el futuro. Lo que sí no quisiera repetir pa' naaa es el viaje en Cuabana de aviación. Su flota, que anuncian como "confortables aviones" son unos armatostes rusos que tendrán al menos unos 40 años. Tardamos más de media hora en despegar porque ya sentados y acomodados llegó una cubana pa' reacomodarnos "que hay que balancear el avión ¡así no podemo depegal!"... "¿Que quieren que yo haga? traen demasiao equipaje". El balanceo consisitió en cambiar a los adultos pa' trás del avión y a los niños pa'lante. Debo confesar que fui presa de un pequeño ataque de pánico. Muy amablemente te anuncian que en el despegue sale humo, y que "es nolmal". Cuando comenzó a salir el vapor lo único divertido era ver la cara de los gringos y los europeos que viajaban en el avión. Aclaro que no todos los cinturones de seguridá funcionan, chico, lo cual añade estrés y emoción al viaje, pero como el vuelo iba lleno de cubanos, al final se convirtió en una fiesta. Uno de los pasajeros que iba a un lado mío -seguramente cubano de Miami- se la pasó diciendo "¡Pero que e'to parece sacao de una película de Almodóval mami!". La llegada a la Habana estuvo acompañada de aplausos y vivas a Cuba.

Pero ¿quién no quiere regresar a un país donde tienen un Ministerio del Azúcar?

¡Gracia papi por ete viaje tan lindo!