Después de la calma, viene la tormenta...


Y como la tormenta se acerca a la velocidad del rayo, no dudé ni poquito cuando me invitaron a pasar el fin de semana al Lago Buchanan...




















Paseamos en lancha, hicimos varios intentos por pescar, vimos atardeceres, encendimos fogatas, comimos hushpuppies, sweet potato fries y pescado empanizado; y probablemente bebimos demasiado. Ahora viene un mes de locura doctoral y de despedidas, snif.

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